School as “el centro.” How Escuela Valdez took its place as the center of a community in Northwest Denver.

Erin Busken, an Escuela Valdez parent with three daughters, said the school wasnt always at the top of her familys list.

When we first started looking at Valdez it just didnt seem happy in there, Erin said. The building was old, with not a lot of light

More importantly, the 1970s structure wasnt always accessible for students and parents who, like Erin, came to fall in love with the school. Split-level floors and too-small auditorium and cafeteria spaces made it challenging for students in wheelchairs to get around, and for groups of parents and community members to gather.

You couldnt fit everybody into the space, Erin said. I think about when I was bringing a toddler there and couldnt find a place to sit

That all changed in 2012 when Denver voters approved bond funding to support a gut renovation at Valdez, with improvements that made every corner of the building more comfortable and welcoming. An accessible entrance and an elevator brought the building into compliance with the Americans with Disabilities Act (ADA), fixes that hit home when one of Erins daughters classmates broke his leg.

Kids get what accessibility means, Erin said.

The renovations also made the building more inviting for all students and parents, opening up dark and cramped rooms with expanded spaces, windows and solar tubes, a kind of skylight. Erin remembers being struck by the new view from the schools entrance, where light pours in from a new atrium and expansive cafetorium, a combined cafeteria and auditorium.

It was just light filling that whole stairwell. I looked out and smiled, Erin said. For many people, school is the center of their community, and now theres space for people to meet and socialize.

For many people, school is the center of their community, and now theres space for people to meet and socialize.

La escuela como centro comunitario: cómo la Escuela Valdez pasó a ser el lugar de reunión de la comunidad.

Erin Busken, una mamá con tres hijas que asisten a la Escuela Valdez, indicó que esta escuela no siempre fue una de las opciones de preferencia para su familia.

La primera vez que consideramos la Escuela Valdez no nos pareció un lugar muy alegre, dice Erin. El edificio era viejo y bastante oscuro.

Más importante aún es que el edificio de los 1970 no siempre era accesible para los estudiantes y los padres que, al igual que Erin, acabaron por enamorarse de la escuela. Los desniveles de los pisos constituían un reto para los estudiantes en sillas de ruedas, y para los padres y la comunidad era difícil reunirse en el auditorio y la cafetería de pequeñas dimensiones.

No entrábamos todos, nos dice Erin. Me acuerdo de venir con mis hijas cuando eran pequeñitas y no encontrar un lugar para sentarme.

Pero todo esto cambió cuando los votantes de Denver aprobaron el Bono en 2012, que permitió remodelar por completo la Escuela Valdez. Las mejoras hicieron que todos los rincones del edificio fueran más cómodos y acogedores. En cumplimiento con la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA), se transformó la entrada para que fuera accesible y se puso un ascensor. Erin se dio cuenta de la importancia de estos cambios cuando un compañero de una de sus hijas se fracturó una pierna.

Los niños comprenden lo que significa que un lugar sea accesible, dijo Erin.

Las renovaciones también hicieron que el edificio fuera más acogedor para todos los estudiantes y sus padres. Los salones oscuros y apretados se convirtieron en espacios amplios con ventanas y “tubos solares, que son una especie de claraboya. Erin recuerda la impresión que le causó cuando vio por primera vez la entrada de la escuela, bañada por la luz que se cuela por el nuevo atrio y el amplio cafetorio”, una combinación de cafetería y auditorio.

La escuela es el centro de la comunidad para muchas personas. Ahora hay lugar para que nos reunamos y socialicemos.